jueves, 6 de enero de 2011

“QUEREMOS CON AMOR EXTENDER SIEMPRE LA MANO A NUESTRO ALREDEDOR”


Esta frase identifica el espíritu la obra solidaria que realiza la Sociedad de Beneficencia Peluquería Damas de Quilmes, para Marta Morales de Andrés. Fundada por ella un 2 de diciembre de 1955, hoy necesita que todos los ciudadanos del distrito y las autoridades la ayuden.

Sobre la pared a centímetros de la puerta de entrada se puede leer "Sociedad de Beneficencia Peluquería Damas de Quilmes". Unos cuantos escalones separan esa entrada del ingreso a la vivienda. Al tocar el timbre, nos recibe una señora, que comenta mientras nos invita a pasar: “no salí a caminar para esperarlos”.

Esa mujer es dueña de una enorme sonrisa, lleva zapatos beige, un vestido engamado en los tonos rosas, un collar y su cabello luce una reciente permanente. Su nombre es Marta de Andrés, se la observa coqueta y con la vitalidad de una joven que vive sus 85 años.

Sociedad de Beneficencia Peluquería Damas de Quilmes

La sala principal es silenciosa e iluminada, hay un piano, algunos cuadros y sillones en donde mantuvimos la charla. Allí funciona la sede de la institución que fundó Marta Morales de Andrés hace 45 años.

Con el título de Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Quilmes, Marta, se considera una persona con mucha suerte y menciona que creó la Sociedad de Beneficencia Peluquería Damas: “con el único fin de hacer el bien a la gente”. Para sus ojos: “de toda la gente, siempre se puede rescatar algo bueno”y ese es el sentido de la solidaridad.

Siempre su vocación fue la peluquería y su docencia que la convirtió en maestra de muchos peluqueros de la ciudad. A los que intenta sumar a la entidad, pero sin éxito, con cierto dejo de tristeza en su voz, menciona el desinterés y las excusas que ha oído en tantos años.

Un trabajo solidario que no se debe apagar:

“Es una obra de caridad amparada por Dios y la Virgen”, con estás palabras califica a la sociedad que preside. Muchas veces en total soledad, Marta de Andrés, periódicamente organiza bingos, chocolates, almuerzos con locro, todo lo recaudado es destinado a ocho comedores, a la Casita de las Madres Solteras, entre otras.

Al no recordar exactamente cada lugar y habiéndosele traspapelado la nómina, enfáticamente, refiere: “en Quilmes todos me conocen, mi palabra tiene valor, acá todo es legal”. Y nos cuenta, que en los negocios de la peatonal de Rivadavia todos la conocen y le donan productos, para que ella use de premios.

La preocupación de esta mujer es continuar con la acción solidaria. Sin ayuda municipal, ni provincial, sigue esperando que las autoridades se acuerden la Sociedad de Beneficencia Peluquería Damas de Quilmes. Pero también aguarda que más personas se sumen a un proyecto que pronto cumple cincuenta años, a los que les dice: “acérquense que da suerte.”

Entrevista realizada por I.L


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