
Según la leyenda Valentín fue un sacerdote que vivió en Roma durante el siglo III, en la época del emperador Claudio III. Este monarca consideraba que los hombres casados rendían menos en el frente de batalla, por que estaban emocionalmente ligados a sus familias, motivo por el cual prohibió el matrimonio.
Ante esta decisión el obispo cristiano Valentín, comenzó a casar a las parejas en secreto. Cuando Claudio III se enteró, detuvo al sacerdote y lo presionó para que renunciará a su religión, el cura se negó y el emperador lo condenó a muerte.
Es en los países anglosajones donde la celebración tiene su epícentro, pero a lo largo del siglo XX se fue contagiando a otras naciones. Así que en algunas parte del mundo, el 14 de febrero se celebra el Día de los Enamorados y en otros es el Día del Amor y la Amistad.
Una larga historia de amor
No obstante San Valetín es la versión moderna y cristianizada de la leyenda griega y romana, cuyo protagonista es Cúpido (Eros, mitología griega) dios del amor en la mitología romana. Cuando la diosa Venus vío que su hijo no crecía y se mantenía como un niño, consultó con el Oráculo de Temis, quien le respondió: “el amor no puede crecer sin pasión.”
En la Tierra vivía la princesa Psique (Alma), una bella mujer que no lograba enomarse. Venus la envidiaba por su belleza y envió a su hijo a eliminarla con sus flechas. Pero cuando Cupido la vio se enamoró y creció hasta convertirse en un apuesto joven, tiempo después se casó con ella.
Pero Psique influenciada por sus hermanas, rompió la prohibición impuesta por los dioses y miró a su marido, a pesar de su condición de mortal. Como castigo fue alejada de Cupido, pero luchó tanto que el Olimpo la convirtió en diosa para reunirse con él. Desde entonces, el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la flecha de Cupido.”